lunes, 4 de febrero de 2008

La causa del año 1884 (De nuestro corresponsal)


Hoy ya es el sexto día desde que, en la cámara judicial de N-skii, se celebra la causa del no portador de rango, año 1884, acusado de delitos en funciones. El jurado está visiblemente fatigado. El acusado llora, y a cada rato murmura con su defensor. El día de hoy empezó con la revisión de las pruebas materiales... Cuando a petición del fiscal se leyó en el juicio El ciudadano, y se enseñó el número de El rayo1 con el retrato de Okréitz, el público fue sacado de la sala de audiencia, para que los mencionados objetos no pudieran producir tentación... Después empezó el juicio oral.
-Ruego a su excelencia –terminó su discurso el defensor, -incluir en el acta que, durante todo mi discurso, el sr. fiscal tosió, se sonó la nariz y golpeó la garrafa...
Presidente. ¡Acusado, su última palabra!
Acusado (llora). Es posible que diga algo, aunque es inútil, si desde antes decidieron encerrarme. Me acusan, en primer lugar, de inacción, de que yo no hice nada, de que conmigo no mejoró nada la situación económica, no subió el curso, se atascó la industria en el pantano y demás... No soy yo el culpable de eso... Recuerden lo que yo encontré, cuando fui designado para el puesto de año nuevo... (Cuenta lo que encontró.)
Presidente. ¡Eso, con la causa, no se relaciona! ¡Dígnese a hablar con propiedad!
Acusado (asustado.) ¡Obedezco su excelencia! El sr. fiscal me acusa de que mi tiempo fue gastado en tonterías, en recoger agua en cesto... En verdad, en mi estancia en la tierra, no se hizo nada sensato. Sacaron nuevos modelos de etiquetas para las botellas, le pusieron remiendos a los harapos, obligaron a los imbéciles a rezarle a Dios, y rompieron frentes...
Presidente. Acusado, si va a referirse a las personas, pues lo privo de la palabra.
Acusado. ¿Y de qué puedo hablar? (Reflexiona.) Bien, pasaré a la prensa... Dicen que todas las revistas fueron banales, sin contenido, que en la prensa predominó la higa en el bolsillo, que los talentos, como si se los hubiera tragado la tierra... Y qué podía hacer yo si...
Presidente. ¡Sr. ujier del juzgado! ¡Saque al acusado de la sala!
Tras la salida del acusado de la sala de audiencia, al jurado se le entregó una lista de preguntas.
El jurado pronunció: al no portador de rango, año 1884, privado de todos los derechos de fortuna, enviarlo al Estío en destierro perpetuo.

1El Nº 51 de El rayo, revista ilustrada semanal de San Petersburgo, incluye un retrato de su redactor, Stanisláv Okréitz.

Título original: Delo o 1884 gode, publicado por primera vez en la revista Oskolki, 1885, Nº 1, con la firma: “El hombre sin bazo”.
Imagen: George Cooke, Patrick Henry Arguing the Parson's Cause at the Hanover County Courthouse, 1834.