miércoles, 5 de diciembre de 2007

Chejov a A.S. Suvórin


Moscú, 18 de abril de 1890.

Me atasqué en Moscú por un día más. Gracias por el telegrama. Sí, se me puede escribir sólo a Sajalín, ya que las cartas no me alcanzarán en Siberia. Por lo demás, si escribe en breve tiempo una carta a Irkútsk (redacción de Panorama oriental), pues la recibiré.
En los telegramas no utilice la palabra Sajalín. Para el oído administrativo eso suena tan desagradable, como la fortaleza de Pedro-Pablo.
El Ob aún está cubierto de hielo, y por lo visto de Tiumén a Tomsk tendré que galopar a caballo. La comarca es infernalmente aburrida, sombría. Y esperar a que se deshiele no se puede, ya que la navegación empezará sólo el 10 de mayo.
Gracias por el impreso de corresponsal.
La siguiente carta la recibirá desde el Volga que, dicen, es muy bonito. Voy a propósito a Yaroslávl y no a Nízhnii, para abarcar más del Volga.
Mis escritos para los periódicos pueden empezar no antes de Tomsk, ya que hasta Tomsk ya se ha recorrido, descrito todo, y no es interesante.
Lo abrazo fuertemente. Le envío dos cuentos que he recibido de Alexéi Alexéevich1.

Suyo, A. Chejov.

Estuvo en casa hoy su conocido Guiliaróvskii. Él va a recibir al jefe cosaco Péshkov y quiere escribirle a usted sobre su caballo.

1Alexéi Alexéevich Suvórin, periodista, redactor jefe del periódico Tiempo nuevo, hijo de Alexéi Suvórin.

Imagen: Konstantin Yúon, Sol de marzo.